Hanoi. 23 Junio 2015

Nuestra idea para el día de hoy y mañana era visitar Halong Bay, pero nada más terminar de desayunar el recepcionista del hotel nos comenta que hay una gran tormenta sobre la bahía y que se han cancelado todos los cruceros, por lo que probablemente mañana suceda lo mismo. Nos ha extrañado mucho, porque la agencia con la que hemos contratado la excursión aún no nos ha llamado. Bueno, será cosa del recepcionista, hemos pensado.

A las 8 am habíamos quedado en que nos recogían para llevarnos hasta el autobús que nos llevaría a Halóng, pero efectivamente, hay una tormenta allí. Nos ha llamado la agencia para decirnos que se suspendían todas las excursiones en barco por seguridad. Así que era verdad.

Hemos decidido ir directamente a la agencia para informarnos sobre la posibilidad de que mañana se pueda hacer la excursión, y a lo que es más importante, a que nos devuelvan nuestro dinero. Hemos acordado que en caso de que mañana no se pudiese ir a Halong Bay, iremos a la pagoda del perfume. A ver que nos depara la climatología.

Con este panorama, hemos tenido que cambiar por completo nuestros planes para hoy, pero es solo un pequeño contratiempo. Hanói tiene mucho para ver, no habrá problema en completar un día.

Antes de organizarnos el día, volvemos al hotel. Hoy no tenemos reserva en el, así que tenemos que gestionar una nueva habitación. En el hotel donde estamos nos comentan que no tienen libre ninguna habitación, pero que disponen de otro hotel en la ciudad donde sí hay habitaciones libres. Como no nos apetece perder más el tiempo en Hanói, decidimos reservar una habitación en el hotel que ellos nos proponen. Muy amablemente nos llaman un taxi, que paga el hotel, para llevarnos hasta nuestro alojamiento de esta noche. 

Durante nuestro periplo por las calles de Hanói, visitamos la famosa vía del tren. Esta es la parte de Hanói que sale en todos los documentales, ya que las vías del tren atraviesan parte de la ciudad, y justamente al lado de sus vías hay casas donde vive la gente y comercios. Es muy raro, pero curioso, no hay que dejar de visitar esta parte de la ciudad, al noroeste del barrio antiguo, no es difícil llegar andando.

Cruzando las vías nos hemos dirigido hacia el museo militar. Es fácil reconocer este museo, ya que justamente a su lado está una torre hexagonal enorme con una bandera de Vietnam, se trata de la antigua ciudadela. La entrada al museo nos ha costado 40000 dongs, poco más de un euro. Para mi gusto puede ser una visita prescindible en Hanói. Ni el edificio ni lo expuesto merecen en exceso la pena. Alguna foto de la guerra, algo de armamento no excesivamente bien cuidado, un helicóptero y un caza, es todo lo que puedes ver. Los carteles que vas viendo en la exposición, están todos en un perfecto vietnamita, con lo que es complicado enterarse de nada.

Después de nuestro paso por el museo visitamos la ciudadela, añadida a la lista de patrimonio mundial de la UNESCO en 2010. Este edificio fue centro de poder militar en Vietnam

De camino al complejo del mausoleo de Ho Chi Minh paramos a comer en un restaurante. Hoy yo tengo las tripas de juerga, así que he decidido darles un pequeño descanso, no vaya a ser que decidan organizar un fiestón. Para ello un plato de arroz frito será un buen remedio. Con el calor sofocante no es lo que más apetece, pero haremos el esfuerzo.

Tras reponer fuerzas, vamos directos al mausoleo de Ho Chi Minh, pero lo primero que vemos aunque solamente es de pasada es el palacio presidencial. En la actualidad solamente se usa para recepciones oficiales, no se puede visitar.

Lo siguiente en ver es el famoso Mausoleo, que solamente hemos podido ver por fuera ya que cierra a las 17 pm. Se trata de un edificio enorme y de mármol. En su interior se puede visitar la momia de Ho Chi Minh, padre del Vietnam moderno.

Después de tomar unas fotos a este macabro edificio, ponemos rumbo hacía la pagoda del pilar único. Este edificio de madera se eleva sobre un solo pilar de piedra. La pagoda está diseñada para semejar una flor de loto. Es un edificio bastante fotogénico.

Al terminar esta visita, la tormenta comienza a hacer su presencia en Hanói, así que nos ponemos nuestros chubasqueros y buscamos un refugio en un pequeño porche. Nos ha caído agua como si fuese gratis. Qué manera de llover!!

Al cabo de un largo rato, ha dejado de llover. Nos hemos dado cuenta que la mejor forma de saber si va a llover y si va a dejar de llover de manera definitiva es fijarse en los motoristas. Si se ponen las capas es que va a llover inmediatamente, si se las quitan es que no va a llover en un largo periodo de tiempo.

Tranquilamente, y sin quitarnos el chubasquero, por si acaso, hemos dirigido nuestros pasos hacía el templo de la literatura. Este templo perfectamente conservado, de arquitectura vietnamita honra a los mejores hombres de la literatura de Vietnam. En 1076 aquí se fundó la primera universidad del país. En este precioso complejo destaca una pagoda que alberga una estatua de Confucio, pero antes de llegar hasta allí, debes atravesar unos jardines y un estanque rectangular llamado pozo de la claridad celestial. En esta ocasión la entrada nos ha costado 30000 Dongs. Una cantidad irrisoria para la historia del complejo.

Poco a poco, y dando un paseo, hemos ido hacía el barrio antiguo, no es una gran distancia, y disfrutas de la vida cotidiana de la ciudad.

En una de las esquinas sur del lago Hoan Kiem hemos hecho una parada para tomar una coca cola. Ha sido difícil hacernos entender. Nos ha atendido amablemente una camarera a la que le hemos dicho que si podíamos tomar dos coca cola frías. La muchacha no hablaba nada de inglés, así que con mucha educación nos ha dicho (o eso hemos entendido nosotros) que nos tomaría nota otro compañero. A este nuevo camarero le hemos vuelto a pedir dos coca colas frías. Este sí nos ha entendido. O eso creíamos porque al ratoha venido con dos vasos de agua con hielo...bueno, será cortesía de la casa hemos pensado.

Mientras nos servían la coca cola, hemos aprovechado el wifi del establecimiento para mandar un mail a Etihad reclamando nuestro equipaje, ya que todavía hoy no sabemos nada de él.

Al cabo de un rato, nuestra coca cola no llegaba, así que hemos vuelto a llamar al camarero para volver a pedir nuestra coca cola fría. Y ahora sí que por fin nos han entendido....vamos, más o menos, porque sí nos han servido dos coca colas, pero se les ha olvidado por el camino lo de frías....¿no pensaría el muchacho que íbamos a estar allí solamente para robarles el wifi? aún así, nos habían servido agua y no nos habían dicho nada. Increíble.

El resto de la tarde la hemos dedicado a pasear por el barrio antiguo sin ninguna prisa, eso sí, durante nuestro paseo hemos ido poco a poco buscando un lugar donde cenar. Finalmente hemos entrado en un local donde ofrecían pasta. Necesitamos cambiar un poco nuestra dieta. En esta ocasión, unos espaguetis a la carbonara y otros al pesto nos servirán de aprovisionamiento de energías.

Dando un paseo por el lago, hemos ido a nuestro hotel. Allí teníamos una sorpresa preparada, han avisado desde Etihad que nuestras maletas están en el aeropuerto y que podíamos pasar a por ellas, ya que al no operar en Vietnam no nos las llevan ellos al hotel. Ala !!! otros 30 dólares a pagar por el taxi. Bueno, al menos sabemos que tendremos ropa limpia mañana.