Hanói - Halong Bay. 26 Junio 2015


Viene siendo una mala costumbre ya en Vietnam, pero hoy nuevamente nos hemos levantado a las 6.00 a.m. Todavía tenemos que preparar la mochila que llevaremos al crucero. El hotel se ha comprometido a guardarnos las mochilas grandes, así que con un par de mochilas de 20 litros será suficiente para llevar lo necesario para pasar dos días en Halong Bay. Después de pasar cuatro días con poco más que lo puesto, hacer una mochila de 20 litros no nos supondrá muchos problemas.

Hoy tampoco hemos hecho un desayuno copioso, un café, un yogurt y una tostada con mantequilla será el desayuno. Espero que no esté muy lejos nuestro destino, o que podamos parar a comer algo por el camino.

Sobre las 8.00 am nos han recogido en el hotel la minivan que nos va a llevar hasta halong bay. Tras 4 horas de viaje para recorrer unos 300 km hemos llegado a nuestro ansiado destino. Hoy hemos podido comprobar que realmente las distancias aquí son bastante más difíciles de hacer que en Europa. Además la forma de conducir aquí es un tanto especial y no permite que te relajes demasiado en tu sillón.

La llegada a Halong bay es un poco locura. Realmente llegas al muelle Tuan Chau Marina en Halong. Si no tienes billete o crucero, aquí es donde lo debes comprar. Si ya vienes con el crucero contratado, como era nuestro caso, tienes que atravesar el edificio y salir fuera donde encontrarás un montón de gente sentada en unas butacas de mimbre. Aquí es donde debes esperar a que te venga alguien a buscar. Esto es una auténtica locura, mucha gente, mucho calor.

Al principio es bastante agobiante la situación. Pero estaros tranquilos, que aunque parezca que no lo tienen controlado y que todo es un caos, nada más lejos de la realidad. Tarde o temprano alguien se acercará a vosotros, os pedirá el nombre y en un rato os avisarán que vuestro bote está listo. Para amenizaros la espera os irán sirviendo tés fríos.

Nosotros al principio bueno hemos soportado la espera, pero al final, nos hemos agobiado bastante, porque nada más llegar nos han pidido los nombres, pero nunca nos avisaban y veíamos continuamente gente zarpando. En varias ocasiones hemos preguntado por nuestro barco, pero siempre nos contestaban lo mismo: enseguida, enseguida....
Finalmente, al cabo de media hora más o menos vienen a recogernos para que subamos al bote que nos llevará hasta nuestro barco, en el que vamos a pasar los próximos dos días.

Lo primero que hacemos en el barco es el check in. Es nuestro primer crucero, así que no sabemos muy bien cómo van estas cosas. El camarote con vistas al mar, está genial. Tras un check in bastante sencillo, subimos al segundo piso del barco, donde nos espera la recepción del capitán y toda la tripulación. Esto ha sido como en las películas. El capitán se ha dirigido a todos los que allí estábamos, ha presentado a la tripulación y nos ha explicado el programa.

Al finalizar las "presentaciones" nos han comenzado a servir la comida. Un coctel de bienvenida, una sopa de pescado, unos rollitos vietnamitas frescos, una ensalada, un guisado de carne con patatas, un pescadito al horno, dos cervezas Ha long y algo de Fruta del dragón.  Vamos, lo que viene siendo una comida ligera, madre mía.

Sobre las 15.30 pm hemos ido en bote a ver el pueblo de Vung Vieng. Se trata de un pueblo flotante, donde su economía principal y casi única es la pesca. Este pequeño pueblo está situado en el centro de la Bahía Tu long al noreste de Halong bay. Solamente hay 60 casas, lo que supone 60 familias. La visita ha sido entretenida, pero tampoco da mucho de si, ya que no puedes hacer una inmersión en la cultura del pueblo. Vas en un pequeño bote, tripulado por un habitante del pueblo y te da un paseo alrededor de las casas. Es más interesante y bonito el paisaje que se ve. O eso nos pareció a nosotros.

La bahía de Halong son más de 2000 islotes de roca kárstica, a lo largo de 120 Km de costa, que suponen más de 15.000 m2 de extensión, creando una atmósfera y un paraje de belleza inigualable., que hace justicia a su popularidad. Halong significa "donde el dragón se sumerge en el mar". Ya que según la leyenda, está bahía la creó un dragón.

Halong bay, es el lugar con más magia y encanto de todo el norte de Vietnam, al menos del norte que nosotros hemos visto, puesto que no hemos visitado la región de Sapa y no nos queremos aventurar a catalogar Halong bay como el lugar más bonito de Vietnam. Pero lo que tenemos claro es que no nos arrepentimos de haber visitado este fabuloso lugar.

Al finalizar la visita al pueblo de Vung Vieng volvemos al barco para hacer kayak. Estar en solitario en este inmenso y majestuoso paraje en silencio es una experiencia que pocas veces se puede vivir. Ha sido fascinante el ir poco a poco recorriendo alguno de los islotes. Pese al intenso calor, es una experiencia que todo visitante a Vietnam debería vivir.

Al atardecer y tras pasar un rato de relax tomando una cervecita en la terraza del barco, hemos asistido a una clase de cocina, donde nos han enseñado a elaborar los famosos rollitos vietnamitas. Ha sido divertido. Después junto con una copa de vino blanco de la provincia nos han ofrecido algo de fruta y hemos podido degustar los rollitos que nosotros mismos habíamos hecho. Lo dicho, divertido pero preocupante, porque desde que hemos llegado, nuestra actividad principal está siendo comer...y cómo nos está gustando.

La cena, ha seguido el mismo patrón que la comida. Mucha cantidad y mucha calidad. Para ir haciendo hambre nos han servido una especie de consomé, a continuación una ensalada con langostinos, después nos han sacado cuatro rollitos vietnamitas fritos clavados en una piña en cuyo interior había una vela encendida, ricos los rollitos y bonita la presentación, como se lo curran. Pero aquí no acaba ni la comida ni las presentaciones originales...lo siguiente unas ostras asadas presentadas junto a un pepino medio pelado que junto a un trozo de zanahoria y una especie manzana o algo similar, simulaba un junco tradicional. Este bonito plato iba acompañado de una brocheta de pescado. Pero si os está pareciendo mucha comida, aquí no acaba todo. Hemos seguido comiendo un plato de pollo con salsa de tomate verduras y patatas, para continuar con un filete de algún pescado típico de la bahía. Y como toda buena comida aún quedaba el postre, una buena tarta. No sé porque me da a mí que en estos dos días hambre no vamos a pasar...vamos es una intuición mía.

Para poner fin a este día, diferente a todos los demás en Vietnam y que tanto nos ha gustado, nos tomamos un ratillo de descanso en la terraza, donde aprovechamos para escribir este blog. Se respira tranquilidad, algo tan necesario en un viaje a este país.
Qué gran día.