Ayer cuando llegamos a la noche
al hotel, nos habían cambiado la habitación. Se supone que esta nueva era de
categoría superior a la de ayer. Hemos supuesto que lo de superior era porque
se trata de la habitación con mayor altitud de todo el hotel. La habitación es
cierto que está mejor. Más limpia, mayor y mejor baño, cama king size, y mucho
más iluminada y con vistas. Pero para llegar a ella tienes casi que ser un
experto escalador. Se trata de la terraza del hotel donde han sacado una
habitación más. Y para acceder a ella, tienes que subir por unas escaleras
supletorias con una huella enana, y empinadas que te cagas. Las tienes que
subir de medio lado y agarrado a la barandilla para no descalabrarte, y subir
las mochilas ha sido complicado. Pero cierto es que la habitación estaba mejor
y que los vecinos no molestan.
La habitación hemos mejorado,
cierto. Pero el desayuno sigue siendo un café y un mendrugo de pan. Y el
servicio no destaca precisamente por su rapidez y su fluido inglés. En fin, al
menos hemos dormido bien.
A las 8 am hemos quedado en la oficina de la agencia de viajes para ir al delta del Mekong. Ayer reservamos el viaje en la misma agencia con
la que fuimos a los túneles de Cu Chi. La misma excursión en el hotel, con la misma compañía costaba
el doble. Por dos días, una noche hemos pagado 560.000 dongs, unos 22 euros
cada uno. Así que el hotel se columpia un rato.
Al cabo de un viaje de tres horas , llegamos a My Tho, que ejerce como puerta de entrada al delta del Mekong. Se trata de una importante ciudad mercantil con muy poco interés turístico. Bajamos del autobús para coger un barco que nos va a llevar navegando por uno de los ríos más grandes del mundo, el Mekong "cuenco de arroz", y su delta uno de los mayores del mundo. La primera visita es a la isla de la Tortuga, popular por sus talleres de dulce de coco y su vino de plátano. Pese a ello, nos enseñan como elaboran diferentes productos con miel, entre los que probamos un buenísimo té, mientras un grupo de campesinos acompañados a la guitarra por nuestro guía nos interpretan varias canciones tradicionales vietnamitas, con más voluntad que voz, por cierto.
Todavía con los pelos de punta y los oídos taladrados por la actuación, cogemos un pequeño bote que nos llevará navegando por el canal Ben Tre hasta el islote de Thoi Son. Navegar por estos canales te hace sentir como si estuvieses dentro de un film de la guerra de Vietnam. Este islote es conocido como el almacén de frutas de Vietnam. En este lugar visitamos una fábrica artesanal de caramelos de coco. Muy ricos por cierto, aunque algo dulces.
Después de comer, sopa verdura y arroz con cerdo, en un pueblecito perdido al que hemos ido dando un paseo, volvemos a coger un pequeño barco que nos llevará hasta un autobús para ir a visitar la Pagoda de Vinh Trang. Situada en la ciudad de My Tho, esta vez en tierra firme, tenemos la Pagoda budista de Vinh Trang. Construida en 1849 y con una superficie de más de 14000 metros cuadrados, es la pagoda más grande de la provincia de Tien Giang. Lo más llamativo de la pagoda Vinh Trang es su arquitectura, mezcla de arquitecturas europeas y asiáticas. La pagoda está compuesta por un total de 178 columnas. En la parte trasera de la Pagoda hay diversas estatuas de buda, 2 de ellas de un tamaño colosal.
Durante nuestra visita, el calor no ha bajado, pero la lluvia ha hecho acto de presencia. Ya nos habían advertido que aquí, siempre llueve.
Con este pequeño paseo damos por finalizado nuestro primer día en el Delta del Mekong.
Al cabo de un viaje de tres horas , llegamos a My Tho, que ejerce como puerta de entrada al delta del Mekong. Se trata de una importante ciudad mercantil con muy poco interés turístico. Bajamos del autobús para coger un barco que nos va a llevar navegando por uno de los ríos más grandes del mundo, el Mekong "cuenco de arroz", y su delta uno de los mayores del mundo. La primera visita es a la isla de la Tortuga, popular por sus talleres de dulce de coco y su vino de plátano. Pese a ello, nos enseñan como elaboran diferentes productos con miel, entre los que probamos un buenísimo té, mientras un grupo de campesinos acompañados a la guitarra por nuestro guía nos interpretan varias canciones tradicionales vietnamitas, con más voluntad que voz, por cierto.
Todavía con los pelos de punta y los oídos taladrados por la actuación, cogemos un pequeño bote que nos llevará navegando por el canal Ben Tre hasta el islote de Thoi Son. Navegar por estos canales te hace sentir como si estuvieses dentro de un film de la guerra de Vietnam. Este islote es conocido como el almacén de frutas de Vietnam. En este lugar visitamos una fábrica artesanal de caramelos de coco. Muy ricos por cierto, aunque algo dulces.
Después de comer, sopa verdura y arroz con cerdo, en un pueblecito perdido al que hemos ido dando un paseo, volvemos a coger un pequeño barco que nos llevará hasta un autobús para ir a visitar la Pagoda de Vinh Trang. Situada en la ciudad de My Tho, esta vez en tierra firme, tenemos la Pagoda budista de Vinh Trang. Construida en 1849 y con una superficie de más de 14000 metros cuadrados, es la pagoda más grande de la provincia de Tien Giang. Lo más llamativo de la pagoda Vinh Trang es su arquitectura, mezcla de arquitecturas europeas y asiáticas. La pagoda está compuesta por un total de 178 columnas. En la parte trasera de la Pagoda hay diversas estatuas de buda, 2 de ellas de un tamaño colosal.
Durante nuestra visita, el calor no ha bajado, pero la lluvia ha hecho acto de presencia. Ya nos habían advertido que aquí, siempre llueve.
Continuando por carretera vamos a
Can Tho, donde hoy haremos noche. Can Tho se conoce en Vietnam como la despensa
de arroz del país, ya que es una
ciudad cuyo motor económico es principalmente la agricultura, siendo el cultivo
de arroz la cosecha más importante. Situada en las orillas del río Hau es una bulliciosa
y animada urbe.
Tras hacer el check in, damos un
pequeño paseo por las callejuelas de la ciudad, y de paso buscamos un lugar
donde poder cenar algo. En nuestro recorrido damos con un pequeño restaurante
donde no hay mucha gente, pero donde sirven pasta. Hoy estamos de antojo de
pasta. Dos platos de spaghettis, uno con tomate y el otro arrabiata, y joder si
picaba...como que hasta la camarera se ha dado cuenta y nos ha tenido que traer
rápidamente un vaso de agua. Ha sido extraño comer spaghettis hechos de pasta
de arroz. Pero no estaban malos del todo.
Después de cenar nos damos un pequeño paseo por la orilla del río, donde hay un bonito "paseo marítimo" con cuidados jardines y con las farolas decoradas como si fuese navidad.
Después de cenar nos damos un pequeño paseo por la orilla del río, donde hay un bonito "paseo marítimo" con cuidados jardines y con las farolas decoradas como si fuese navidad.
Con este pequeño paseo damos por finalizado nuestro primer día en el Delta del Mekong.